Corre perseguida por las llamas de sus huellas, la luna llena la incitaba a seguir avanzando hacia a ella.
Celosa de ella, la Luna quiere destruirla en su propio juego, el poder no manejado, el descontrol del fugaz ardor dentro de su corazón aria que de una vez por todas ella no estorbara mas en su camino, pero ella… ella no lo veía así, jamás pretendió pararse bajo la suave luz de la Luna, jamás pensó en estorbar, solo deseaba ver su grandeza, demostrarle su admiración.
La luna comprendió aquel sentimiento y solo la amparo con su tenue luz hasta que llego el amanecer, suavemente se alejo para darle paso al sol que al verla a ella con su mirada perdida en el mar solo dejo que sus rayos se hicieran sentir a su alrededor levemente, floreciendo en ella un sentimiento de alegría que le permitió ponerse de píe, caminar hacia el mar y perderse en las olas hasta poder reencontrarse con la luna y compartir la soledad.
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